lunes, 27 de enero de 2025

El mejor final

 



Su intuición le avisó que algo había cambiado, todas sus alertas estaban activadas, le preguntó qué había pasado para que volviera allí. 

¿Qué ha cambiado? Preguntó con curiosidad. Nada, era el momento de arreglar las cosas contigo, respondió.
No podía ser así de simple, además sus actos no coincidían con sus palabras, ni las mismas palabras coincidían con lo que supuestamente decía que quería arreglar.
Decidió creerle, podía ser que esta vez fuera por ella, por sentir aflicción por las palabras tan duras que le había dicho después de rechazar sus disculpas.

Volvía justo cuando había decidido que era el momento de cerrar sus heridas, que era el momento de hojear aquella historia tan llena de palabras a medias, de rasguños, de capítulos acabados y reescritos, escribir el capítulo final por última vez y quemar el libro. 
Miro las páginas, algunas emborronadas con lágrimas, otras con anotaciones en los márgenes: añoranza, dudas, amor, recelos, confianza, miedo y más añoranza. 
En una hoja una pregunta: ¿Y todo lo que podemos ser? Acarició las letras.
Abrazó el libro con fuerza, le dió un último beso y le lanzó al fuego. 
Era hora de decir adiós.
De repente un mensaje que decía: Quería hablar contigo.
El libro ardía.
Volvió a leer. Miró al fuego. ¿Hay algo que salvar? Dudó un instante.
En un arrebato sacó el libro del fuego, apagó rápido las llamas que querían seguir quemando, como una advertencia: deja que siga ardiendo. 
Guardó el viejo libro con cuidado.

Pregunto que le quería decir. Por una vez pensó que aquel cambio inesperado sería por ella, para empezar a escribir un nuevo libro juntos. Y así hicieron. O eso pensaba ella.
Nada cambió para ellos, seguía igual de distante, indiferente, sin tiempo, para él seguía siendo el viejo libro, con las mismas viejas palabras.

¿Recuerdas su intuición? Le advirtió y no fallaba. 
Aquella reaproximación era por conveniencia, ella no era el motivo de la mudanza, no le importaba, supo unos meses después haciendo scroll en una publicación.

Una lágrima, luego otra y otra…
Tocó el nuevo libro, con las páginas acabadas, pensaba que era una historia corta con un final feliz para los dos.
Que equivocada o mejor dicho, pobre enamorada. 
Era el final feliz que él quería para él, otra vez, el final feliz que mejor le convenía.


Isabel Silva 

Este #relatosMomento participa en la convocatoria de enero de @divagacionistas

1 comentario:

  1. Cuántas sensaciones desprende tú relato y es que son esos momentos en los que una comprende que no es lo que esperaba. Muy bueno. Un abrazo Isabel

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